10 de diciembre de 2011

Agencia Espacial Mexicana (aexa)

DR. JOSE LUIS ALVAREZ HERNANDEZ
PAGINA

derechoultraatmosferico.blogspot.com

AGENCIA ESPACIAL MEXICANA

IX
          
          
           Después de treinta años aproximadamente de que México como país se auto marginó de las actividades del hombre en el espacio exterior y los cuerpos celestes; por lo que en consecuencia, nadie se ocupó de ellas; debido a la tonta idea de haber disuelto en 1977, el unico organismo gubernamental que se ocupaba de dichas actividades; hablamos de la Comisión Nacional del Espacio Exterior (CONEE) creada en 1962. Sin embargo, debemos anotar que posteriormente se hicieron algunos esfuerzos aislados, para la creación de un organismo especializado al respecto; por lo que en 1990, se presentaron dos iniciativas para la creación de una agencia espacial; asimismo, en 1995, la Sociedad Espacial Mexicana (SEM), presentó una propuesta al gobierno federal con el mismo fin;  pero no fue hasta el 2005, en que gracias al Ing. Fernando de la Peña Llaca, en unión de otras personas entusiastas, elaboraron la primera Iniciativa de Ley para la creación de una agencia espacial en México.

           A lo anterior, debemos agregar algunos hechos aislados, que también contribuyeron a la creación de dicha agencia espacial en México; entre los que podemos destacar, el hecho consistente en que el astronauta estadounidense de ascendencia mexicana, José Moreno Hernández, formaría  parte de la tripulación del transbordador Atlantis, para un próximo viaje espacial a la Estación Espacial Internacional, a la cual van y vienen constantemente   astronautas   de   diferentes   nacionalidades,  como preámbulo de otros experimentos espaciales, como un segundo viaje a la Luna, nuestro satélite natural, proyectado para el 2020; así como la visita de dicho astronauta al Congreso de nuestro País; según publicó la revista Proceso en su número 1669 del 16 de octubre del año 2008; independientemente de que para orgullo de nuestro País, contamos con un  primer astronauta netamente mexicano, Rodolfo Neri Vela, quien en  1985, participó en actividades espaciales a bordo del Atlantis; y actualmente se desempeña como catedrático en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

           Por lo tanto, consideramos necesario a manera de introducción, explicar brevemente qué es una agencia espacial; para qué sirve; qué beneficios representa para un país que tenga dicho organismo, o qué perjuicios le causa la falta del mismo; independientemente de las actividades espaciales en general; las cuales de todas maneras benefician y perjudican a todos los países del Mundo,  participen o no en las actividades relativas a la investigación y exploración del espacio exterior y los cuerpos celestes; ya que hablando de beneficios, permiten a un País la independencia científica y tecnológica, respecto a las grandes potencias; así como del conjunto de países dedicados a dicha investigación y exploración espaciales; permiten asimismo, la participación en los experimentos espaciales; la cooperación en los mismos, etc.; en fin, hablando de beneficios, consideramos que actualmente en términos generales, resulta indispensable el contar con una agencia espacial o un organismo similar, en todos y cada uno de los Estados que forman la Comunidad Internacional.

           Por otra parte, cabe hacer notar, como mencionamos con anterioridad, que nuestro País ya tuvo una especie de agencia espacial de 1962 a 1977, llamada Comisión Nacional del Espacio Exterior (CONEE), la cual dependió de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, desde su creación, hasta su disolución en 1977.  Asimismo, que dicha Comisión Nacional, participó tanto nacional como internacionalmente con la Comisión para el uso pacífico del Espacio Exterior (COPUOS) de las Naciones Unidas, en  experimentos importantes, como el lanzamiento de algunos cohetes; así como  en la investigación y exploración del espacio ultraterrestre, en relación con los satélites sonda, meteorológicos y de percepción remota, etc., que mencionaremos más adelante.

           Explicando lo anterior, tenemos que por fin después de más de treinta años aproximadamente, en que México ha permanecido al márgen totalmente de la investigación y exploración del espacio ultra atmosférico y los cuerpos celestes; al parecer el gobierno federal, empieza a darse cuenta de que dicha automarginación voluntaria, injustificada, inexplicable y absurda, no debe continuar; lo cual ya es sumamente importante; en virtud de que la investigación y exploración de referencia, afectan en pro y en contra a todos y cada uno de los países del Mundo sin excepción, incluído el nuestro si hablamos de Estados; aunque en realidad debemos decir, que afectan a la Humanidad completa; es decir, a todos y cada uno de los seres humanos que habitan nuestro Planeta, participemos o no en las actividades espaciales.

           Reiteramos por lo tanto, que han pasado treinta años aproximadamente, durante los cuales nuestro País ha estado voluntariamente marginado de la investigación y exploración del espacio exterior y los cuerpos celestes, partiendo del hecho de que en el año de 1962, en que se creó por decreto presidencial de fecha 31 de agosto de dicho año, una llamemosla agencia espacial mexicana, denominada Comisión Nacional del Espacio Exterior (CONEE), dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, como dijimos con anterioridad; la cual por razones que ignoramos, justificadas o injustificadas al respecto, simple y llanamente por decreto presidencial también, fechado el 11 de marzo de 1977, fue disuelta.

           Ahora bien, la Comisión Nacional del Espacio Exterior de referencia, pese a depender de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, como se dijo con anterioridad; es decir, de no ser un organismo autónomo, además de contar con recursos limitados; logró poner a nuestro País, sino en una situación de competencia científica y tecnológica en Materia Espacial, en relación con las grandes potencias de la época en dicha Materia, como fueron o siguen siendo, la ex Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas, (URSS) hoy Federación Rusa y los Estados Unidos, en ese orden; cuando menos participó activamente en la investigación y exploración del espacio ultra terrestre y los cuerpos celestes; y como prueba de ello, logró el lanzamiento experimental de algunos cohetes, que llamó MITL (flecha) I y II, Tláloc y Hutle (jabalina); los cuales si bien es cierto, no tuvieron el éxito esperado; también es cierto, que los grandes éxitos, solamente se obtienen después de muchos o algunos fracasos; y como ejemplo de ello, cabe hacer notar, que el lanzamiento y éxito del  primer  Sputnik  ruso, publicitado, no se logró la primera vez que se intentó, sino después de varios experimentos. Asimismo, México participó en programas de investigación respecto a satélites sonda, meteorológicos y de percepción remota, con la National Aeronautics and Space Administration (NASA), por sus siglas en inglés.

           Asimismo, dicha Comisión Nacional participó también activamente en los foros internacionales, tanto públicos como privados; esto es, en los públicos como las Naciones Unidas, a través de la Comisión para el uso pacífico del espacio exterior; (COPUOS), la UNESCO, la UIT, la OMM, la OACI; y en los privados, tales como la Federación Astronáutica Internacional (FAI), entre otros; posiblemente no en forma relevante, pero insistimos, participó activamente como país.

           Acerca de los antecedentes que dieron lugar a la creación de la Comisión Nacional que nos ocupa, suponemos por otra parte, que fué motivada precisamente por los primeros experimentos espaciales en el Mundo; esto es, el lanzamiento en 1957 del primero y segundo Sputniks rusos; el lanzamiento del primer Explorer estadounidense en 1958; el Año Geofísico Internacional, que tuvo lugar de mediados de 1957 a 1958; así como el lanzamiento de los satélites SCT I y II, por la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en 1959 y 1960, respectivamente; hechos todos que dieron nacimiento primeramente, a lo que se dió en llamar la Carrera Espacial, entre la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y los Estados Unidos; a la que se han agregado en los últimos años varios países, como Francia, Inglaterra, Japón, India, China e Irán, entre otros; hechos también tanto nacionales como internacionales, que han dado lugar podríamos decir que simultáneamente, a lo que actualmente llamamos la Era Espacial.

           Ahora bien, a partir de 1977 en que fue disuelta dicha Comisión Nacional; decíamos también que nuestro País quedó totalmente marginado como tal, en la investigación y exploración del espacio ultra atmosférico y los cuerpos celestes; no así de los beneficios y perjuicios que ha traído consigo la Astronáutica y su tecnología en la Era Espacial de referencia, a partir de 1957 hasta el presente; lo cual implica en apenas cincuenta años aproximadamente, un avance científico y tecnológico que no había alcanzado ninguna otra Ciencia en el Mundo en tan corto tiempo.

           En efecto, en un corto período de tiempo, increíblemente hemos visto transcurrir desde el lanzamiento del primer Sputnik ruso, hasta la creación de la Estación Espacial Internacional; pasando por la circunvalación planetaria y satelitaria; de los planetas de nuestro Sistema Solar con sus Lunas que tienen dichos cuerpos celestes, empezando por nuestro Planeta Tierra; los paseos espaciales; la creación de la primera Estación Espacial, rusa  también, llamada MIR (Paz), creada en 1986 y desmantelada en el 2001; el arribo físicamente hablando de seres humanos a la Luna nuestro satélite natural, independientemente de las dudas que existen al respecto; el lanzamiento de objetos espaciales debidamente instrumentados, a los planetas más lejanos de nuestro Sistema Solar; el cual cabe hacer notar, hasta este momento no ha sido rebasado; la obtención de muestras del suelo lunar y tal vez de algunos otros cuerpos celestes; hasta la creación de la Estación Espacial Internacional, con fines diversos, entre los que destacan, independientemente de la investigación y exploración espaciales en general; la búsqueda de recursos naturales;  y la estancia prolongada de seres humanos fuera de su habitat natural; como preámbulo para el establecimiento definitivo del hombre en el espacio ultraterrestre y/o en los cuerpos celestes de nuestro Sistema Solar, en principio, etc., entre otros experimentos.

           Todo lo anterior dicho a groso modo, tal vez no nos dé una idea o imagen de lo que es o más bien de lo que significa la investigación y exploración del espacio ultraterrestre  y los cuerpos celestes; así como la importancia de contar o no con un organismo especializado, como lo es una agencia espacial; y menos aún nos permite saber el porqué de toda esa investigación y exploración de referencia; y para qué; ya que como simples seres humanos, podemos pensar y creer que el Planeta Tierra, como nuestro habitat natural, es suficiente para satisfacer todas las necesidades que tenemos; y que posiblemente baste el ordenamiento y la distribución de los recursos naturales equitativamente para la subsistencia humana; sin embargo, no es así; independientemente de que no deja de ser atrayente y fascinante, el que los científicos estén empecinados en  investigar y explorar, para saber qué hay más allá de nuestro Planeta; lo cual a la fecha no podemos decir que se trate de simple curiosidad; debido a la inquietud propia del ser humano, así como el afán nato de saber; ya que en realidad, tales actividades espaciales, tienen metas y fines específicos y determinados.

           En efecto, la razón o razones de la investigación y exploración del espacio exterior y los cuerpos celestes, contando para ello con una agencia espacial, tiene actualmente fines determinados mucho muy específicos, importantes y significativos para la Humanidad en general y los Estados en particular; es decir, no solamente los científicos, sino los investigadores y los simples estudiosos del género humano y los recursos naturales, se dieron cuenta hace muchos años; primeramente, del aumento de la población; y como consecuencia, la falta de recursos naturales para la subsistencia del género humano; en  razón  de   que a mayor población,  menor  espacio  para producir alimentos; a lo que debemos agregar, la depredación constante y sistemática que hacemos los seres humanos de los recursos naturales; entre los cuales destacan los bosques y el agua; sobre todo ésta, ya que se trata del unico recurso natural insubstituible; independientemente de la contaminación ambiental (aire, agua, tierra) que todos conocemos y padecemos; a la que hay que agregar la contaminación espacial, que nadie conoce ni habla de ella; a pesar de que dicen los que dicen que saben, que puede ser o resultar más grave que la ambiental; lo que posiblemente sea cierto; respecto a lo cual cabe hacer notar, que en estos ultimos meses del año 2011, según nos informan los medios de comunicación, ya han caído a la Tierra,  llamemosles desechos, fragmentos, etc., provenientes de los miles de objetos espaciales lanzados hace muchos años; los cuales representan ahora un peligro para los habitantes y sus bienes de la región o regiones donde caigan; todo lo cual decíamos, desde hace muchos años ha preocupado a los científicos, probablemente a los gobernantes; y quizá a las personas en general, aún cuando no tengamos conocimiento alguno al respecto; por todo lo cual, dichos fines, importantes, específicos, etc.; consisten en el establecimiento definitivo del hombre en el espacio ultraterrestre a través de estaciones orbitales; y/o en los cuerpos celestes de nuestro Sistema Solar al menos, mediante bases, posiblemente en la Luna nuestro satélite natural, por su cercanía con la Tierra; y posteriormente Marte, por la misma razón; todo en pro de la preservación del género humano; por lo que consideramos no  necesario, sino indispensable, el que, reiteramos, cada país cuente con una agencia espacial o un organismo similar que se ocupe de todas las actividades relativas al espacio ultra atmosférico y los cuerpos celestes.

           Por todo lo anterior, los científicos de los Estados dedicados a la investigación espacial, en cooperación con algunos organismos públicos y privados; empezaron en el seno de las Naciones Unidas, a pensar de qué forma podrían resolver la falta de recursos naturales para la sobrevivencia de la Humanidad; por lo que decidieron investigar y explorar más allá de nuestro Planeta; esto es, en el espacio exterior y  los  cuerpos celestes de nuestro Sistema Solar; elaborando para ello un programa de investigación y exploración de tres fases, más allá de la Tierra;  consistente en el lanzamiento de objetos al espacio exterior debidamente instrumentados, para saber qué había o qué era el espacio ultraterrestre, en la primera fase; la segunda, mediante el lanzamiento de objetos espaciales, también debidamente instrumentados, llevando seres vivos en general;  entre los cuales se publicitó mucho una perrita llamada Laika, enviada por los rusos; y un chimpancé llamado Enos, enviado por los estadounidenses; con objeto de saber qué efectos producía en los seres vivos su estancia fuera del Planeta Tierra; y con ello saber si era posible enviar a seres humanos sin afectar su vida o integridad física, que fue la tercera fase; con todos los logros y fracasos que conocemos hasta la fecha; todo ello en principio, reiteramos, en busca de recursos naturales para la sobrevivencia del género humano, como uno de los fines principales de la investigación y exploración del espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes; fines que han aumentado y diversificado en pos del establecimiento definitivo del hombre fuera de la Tierra.
    
           Pues bien, lo anteriormente expuesto, nos permite ver y saber, la importancia de contar en nuestro País con una agencia espacial, que decíamos, al parecer el gobierno federal ha entendido, tardíamente, pero como dice la Filosofía Popular, más vale tarde que nunca; ya que se trata de una necesidad impostergable, el contar en su estructura con  un  organismo  de  ésa naturaleza; el cual nos permitirá primeramente como País, formar parte activa en la investigación y exploración del espacio ultra atmosférico y los cuerpos celestes; participar en las      decisiones que se tomen a nivel mundial en los foros internacionales públicos, sobre todo en la Organización de las Naciones Unidas, a través de la Comisión para el uso pacífico del espacio exterior, (COPUOS), a lo que hay que añadir actualmente los cuerpos celestes; cooperar con los Estados que van a la cabeza en los experimentos espaciales; y porqué no, aunque parezca utópico, realizar sus propias investigaciones, exploraciones y experimentos espaciales; y con ello, dejar de depender de las grandes potencias en Materia Espacial, como hasta ahora hemos dependido desde 1977, debido a la retrograda idea de haber disuelto la Comisión Nacional del Espacio Exterior de referencia, sin razón justificada alguna, según se desprende de la simple lectura del decreto de disolución correspondiente, en el cual efectiva e increíblemente  no consta ninguna razón.

           Sin embargo, también por razones que ignoramos, y a pesar de la urgente necesidad de contar con un organismo de tal naturaleza, fue hasta finales del año 2005, concretamente el 25 de octubre de dicho año, como anotamos con anterioridad, en que legislativamente hablando, las Comisiones de Ciencia y Tecnología y de Estudios Legislativos, respectivamente; elaboraron un proyecto de Ley, proponiendo la creación de la Agencia Espacial Mexicana, como un organismo público descentralizado, sectorizado, con personalidad jurídica, y patrimonio propio; con autonomía técnica de gestión y presupuestaria para el cumplimiento de sus atribuciones, sin ningún resultado positivo; ya que dicha propuesta se aprobó hasta abril del 2006; es decir, seis meses después; y la Ley y el decreto definitivo correspondiente, hasta Julio del año 2010, según publicación en el Diario Oficial de la  Federación;  decreto mediante el cual se expide la Ley que crea la Agencia Espacial Mexicana (AEXA), cuyas siglas en nuestro concepto, no coinciden en absoluto con el nombre de “Agencia Espacial Mexicana”;  por lo cual ignoramos qué traten de decir con dichas siglas los legisladores de las Comisiones que intervinieron en la misma; salvo que se refieran las dos últimas letras a  la matrícula y nacionalidad de las aeronaves mexicanas de servicio público, según las leyes domésticas y los convenios internacionales al respecto; por lo que en nuestro concepto que puede resultar equivocado; tales siglas, nada tienen que ver con los organismos nacionales e internacionales en materia de Astronáutica.

           Por otra parte, como dato curioso producto de la ignorancia de nuestros legisladores, al inicio del proyecto para la creación de la Agencia Espacial Mexicana (2005), hubo muchas reacciones en contra de dicha Iniciativa, arguyendo las razones más absurdas que se les pudieron ocurrir a varios colegisladores; tales como, “que México ya tiene sus Astronautas y que estos son los Voladores de Papantla”; (Festividad tradicional de un pueblo de Veracruz);  “que para qué servía una agencia espacial”;  “que sería muy costosa”; “que no necesitamos de ninguna agencia espacial”;  entre otras barbaridades, para no citar más; a pesar de que de 1962 a 1977, tuvimos la Comisión Nacional del Espacio Exterior, (CONEE), como anotamos con anterioridad.

           Ahora bien, hablando concretamente de la Agencia Espacial Mexicana como tal, con base en la Ley y el decreto de referencia, reiteramos, que se trata de un organismo público, descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, con autonomía técnica y de gestión para el cumplimiento de sus atribuciones y fines, dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

           Respecto a lo anterior, cabe hacer notar, que en la consideración Sexta de la Minuta de la propuesta de la Iniciativa de Ley, para la creación de la Agencia Espacial Mexicana, en el Capítulo correspondiente, se habla de los objetivos en la forma siguiente:

           “Sexta: Dado que el fin primordial de la Minuta que se dictamina es la creación de una entidad que tenga autonomía técnica y de gestión, estas Comisiones han estimado conveniente especificar y dar coherencia al conjunto de objetivos que perseguirá la misma, por lo cual se les dio un nuevo orden y se agregaron unos más, entre los que destacan:

           -    La propuesta de definición de la Política Espacial              de México a través de su Junta de Gobierno.

           -    Promover  las  actividades  espaciales  a fin de                ampliar  las  capacidades  del país en las ramas               educativa, industrial, científica y tecnológica en  
                Materia espacial.
               
-     La promoción  de las actividades de cooperación internacional que permitan la integración activa de México  en la comunidad espacial internacional.

-     Ser  una institución que reciba de las entidades públicas,  privadas  y  sociales,  propuestas  y observaciones en el área espacial para su estudio  y consideración.”

           A lo anterior, hay que agregar que el artículo 2 del proyecto de decreto que nos ocupa, establece una serie de funciones que serán el objeto de la Agencia Espacial, en once fracciones; todo lo cual citamos porque tanto objetivos según la Consideración de referencia, como el objeto, según dicho precepto legal, debido al lenguaje político, son tan vagos, que lo único que provocan es confusión; y posiblemente duplicidad de funciones.

           Por otra parte, decíamos al inicio de este Trabajo, que al parecer el gobierno federal, por fin se había dado cuenta de la importancia de contar en nuestro País, o de carecer en su caso, de un organismo especializado para todo lo relativo a las actividades del hombre en el espacio ultra atmosférico y los cuerpos celestes; en virtud de encontrarnos como dijimos también anteriormente, en la Era Espacial, a partir del 4 de octubre de 1957; independientemente de que a la fecha, no existe actividad política, económica, social, gubernamental, financiera, agrícola, industrial, científica, tecnológica, etc., que no dependa o se encuentre relacionada con la Astronáutica y su tecnología; ya que independientemente también, de que un país participe o no activamente en la investigación y exploración del espacio exterior y los cuerpos celestes, resulta afectado en pro o en contra, según el caso; ya que de todas maneras puede gozar de los beneficios de la ciencia astronáutica y su tecnología; así como también puede padecer los perjuicios que dicha ciencia y tecnología espaciales producen; razones todas por las cuales, es loable que el gobierno federal y los legisladores correspondientes, en este caso; hayan empezado a  ocuparse de la creación de un organismo ex profeso, para la atención de las actividades espaciales de referencia.

           En efecto, la Astronáutica como ciencia y su tecnología, ha producido un sinnúmero de beneficios y perjuicios; entre los que podemos mencionar hablando de beneficios, la comunicación vía satélite, las redes de información, las sociales, la computación, la cibernética, el Internet, la ayuda a la navegación marítima, a la navegación aérea, la percepción remota, sobre todo de recursos naturales, etc.; y entre los perjuicios, podemos citar como parte de los mismos, el fraude cibernético, la falsificación por computadora, el robo de identidad, la pornografía infantil y la prostitución por Internet; la creación intencional de virus; el acceso e interceptación ilícitos; los atentados contra la integridad de los datos o del sistema; la falsedad y estafa informáticas, racismo, xenofobia;  en fin, son tantos que muchos de ellos  escapan a nuestra memoria, tanto de beneficios como de perjuicios.

           Por otra parte, jurídicamente hablando, cabe hacer notar, que la Agencia Espacial Mexicana que nos ocupa, al igual que la Comisión Nacional del Espacio Exterior, su antecesora; carece del fundamento constitucional correspondiente a la creación de cualquier organismo gubernamental de esa naturaleza; ya que no existe un solo artículo de la Constitución Federal, que hable de las actividades del Estado Mexicano en la investigación y exploración del espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes y todo lo que de ello se derive; independientemente de que el Congreso, tampoco tiene facultades para legislar en Materia Espacial, por las mismas razones, según se desprende de la simple lectura de las normas constitucionales correspondientes.

           Es decir, estamos hablando de que en 1962, si bien es cierto, se creó por decreto la Comisión Nacional del Espacio Exterior de referencia; también es cierto, que se hizo sin ningún fundamento legal constitucionalmente hablando; ya que el único precepto que habla de algo relativo a las actividades espaciales, es el artículo 28 constitucional respecto a la prohibición de monopolios; y en su cuarto párrafo, respecto a lo que considera que no constituyen monopolios; así como las áreas prioritarias, mediante una simple frase al respecto, unida a uno de los medios  de  comunicación,  como son los ferrocarriles, los cuales en México además están en extinción hace tiempo; al decir en la parte relativa concreta, expresa y unicamente, lo siguiente: “la comunicación vía satélite y los ferrocarriles, son areas prioritarias, para el desarrollo nacional”.

           En efecto, la mención de la comunicación vía satélite, como área prioritaria de referencia, es lo único que existe en todo el articulado de la Constitución Federal, respecto a las cientos de actividades espaciales derivadas de la Astronáutica como ciencia y su tecnología; lo cual corrobora nuestra afirmación, en el sentido de que la creación de la actual Agencia Espacial Mexicana, carece también del fundamento constitucional correspondiente; y el Congreso dé facultades para legislar en Materia Espacial.                                                               
           Además de lo anterior, e independientemente de la falta de fundamento constitucional, el decreto de la Ley que crea la Agencia Espacial Mexicana que nos ocupa, no reúne los requisitos mínimos indispensables para el buen funcionamiento de una agencia espacial; empezando en términos generales, porque no se trata de un organismo autónomo, sino dependiente de la  Secretaría  de Comunicaciones y Transportes; asimismo, porque el objeto de la misma, según el artículo 2, por su lenguaje político, con sus once fracciones, es sumamente vago y general; al igual que las funciones a que se refiere el artículo 4, por la misma razón, en sus catorce fracciones; ya que no habla ni por equivocación de la investigación, exploración y experimentación del espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes, que son la esencia de un organismo de tal naturaleza; en cambio contiene exceso de organos de administración y de gobierno, según los artículos 6 y 7 de dicha Ley; que lo convertirá en un simple elefante blanco más, totalmente burocratizado, con personal administrativo de elite, ya que muchos de ellos deberán tener nivel de subsecretarios de Estado; por lo que devengarán sueldos fabulosos, en perjuicio del propio organismo, la economía nacional y el Pueblo, como siempre; a lo que debemos agregar, que los fines primordiales, básicos, principales, etc., de la Agencia Espacial, que reiteramos, son la investigación, exploración y experimentación espaciales citadas,  ni siquiera se mencionan.

           En efecto, en cuanto a la esencia de una agencia espacial, reiteramos, que es la investigación, exploración y utilización con fines pacíficos del espacio exterior y los cuerpos celestes, no se dice nada en ninguna de las Consideraciones, ni en todo el articulado de la Ley; y menos aún se habla de programas de investigación con satélites; empezando por los sonda, meteorológicos, de percepción remota, de comunicación, etc., entre otras cosas; asimismo, tampoco se habla del aspecto jurídico que es básico para las regulación espacial en general de un organismo de esta naturaleza o cualquiera que éste sea; y menos aún, de elaborar la legislación doméstica correspondiente y concordante con los convenios internacionales vigentes en particular, entre otras fallas.

           Por otra parte, cabe hacer notar, que dentro de la Ley que nos ocupa, tomando en consideración el articulado,  encontramos lo relativo al objeto de la Agencia Espacial Mexicana, según el artículo 2, como mencionamos con anterioridad; los instrumentos de la política espacial en México, según el artículo 3; las funciones para el cumplimiento del objeto, según el artículo 4; y las atribuciones de dicha Agencia, según el artículo 5; disposiciones todas que en su mayoría, debido también al lenguaje político, reiteramos, son demasiado vagas; independientemente de confusas, por lo que dan lugar a duplicidades, según lo hicimos notar también con anterioridad.
          
           Pese a lo anterior, cabe hacer notar, la importancia que tiene el hecho de contar con una agencia espacial, por lo que toca a nuestro País; la cual podemos sintetizar entre otras cosas; primeramente, en dejar la marginación en que se encuentra como tal, respecto a las actividades espaciales en general;  así como en participar activamente en la investigación, exploración y utilización del espacio ultra atmosférico y los cuerpos celestes con fines pacíficos en particular; en beneficio del propio país, para no depender de las grandes potencias.  
               
Sin embargo, por la forma en que está redactada la Ley del decreto correspondiente que nos ocupa, tal parece que quienes la elaboraron, pensaron que una agencia espacial se asemeja a una agencia de turismo, turismo espacial naturalmente; según comentarios al respecto incluso de algunos científicos; por lo que suponiendo que esa haya sido la idea de quienes así pensaron; olvidaron que de todas maneras para los fines de las actividades espaciales en general, empezando por la investigación, exploración y utilización con fines pacíficos del  espacio  exterior  y los cuerpos celestes; además del turismo espacial; se requiere primero del elemento humano debidamente especializado, que no tenemos,  cuya preparación requiere de tiempo; y segundo, de una infraestructura, que a grandes rasgos podría resumirse en una extensión de tierra bastante considerable, para el establecimiento de todo lo necesario e inherente a dicho organismo; lo cual podría subsanarse posiblemente, utilizando los terrenos que la extinta Comisión Nacional del Espacio Exterior, tenía en distintos Estados de la República, Hidalgo entre ellos; asimismo, se requiere de una plataforma o plataformas de lanzamiento, según el caso; independientemente de la fabricación o encargo en su caso de cohetes impulsores para el lanzamiento de objetos espaciales de la clase que sean; los objetos espaciales en sí, que se pretenda lanzar, incluídos los transbordadores para el turismo espacial; las instalaciones propias de un organismo técnico especializado, entre otras cosas; en fin, son tantos los elementos que se deben reunir para una agencia espacial; que por lo tanto, la Ley creando la Agencia Espacial Mexicana y el decreto correspondiente que nos ocupa, son insuficientes o serán insuficientes para el caso de hacerse factible en la práctica; aunque legalmente ya exista; y que desde luego anhelamos que se haga realidad en todas sus formas; aunque no sabemos cuándo, si tomamos en cuenta que desde el 2005 se hizo el proyecto de la Iniciativa de Ley; que el mismo se aprobó hasta el 2006; que hasta finales del 2008, se elaboró el Proyecto de decreto, el cual que por fin se aprobó como definitivo en el 2010; a lo que debemos agregar, que también se requieren recursos económicos; pero no los que hasta este momento se han mencionado en pesos, ya que se refieren a cantidades irrisorias, como cuatrocientos millones aproximadamente, cuando se habló por primera vez de la Iniciativa en el 2005; cantidad reducida a sesenta millones en el 2008; de cien millones al aprobarse en definitiva la Ley que crea la Agencia Espacial  Mexicana;  es  decir, en el 2010; misma que no fue autorizada por el Congreso;  fijándose por ultimo, la cantidad de sesenta millones para el año 2012; la cual sin ser peritos en cuestiones económicas para actividades espaciales que se cotizan en millones de dolares; consideramos que quizá no alcance ni para las llantas de un transbordador;  lo que significa para terminar, reiteramos, que en México no se tiene idea de lo que es una agencia espacial; que no tenemos personal especializado; que no se sabe nada de la infraestructura; que no se contemplan en la Ley que nos ocupa,  los fines principales de una agencia espacial, como son, reiteramos, la investigación, exploración y utilización con fines pacíficos del espacio exterior y los cuerpos celestes; y menos aún, el aspecto jurídico; el cual tampoco se menciona ni por equivocación; independientemente del tiempo que llevan planeando, proyectando, etc., la creación de una agencia espacial, sin fundamento legal constitucional alguno, ni facultades del Congreso para legislar en Materia Espacial; todo lo cual hace que la creación de una Agencia Espacial en México, real, material y funcionalmente hablando, siga incierta.

           Por otra parte, aún cuando la idea respecto a la creación de la Agencia Espacial Mexicana, según publicación de la revista Proceso número 1669 del 26 de octubre del año 2008, como anotamos al principio, se dice fue impulsada por el Ing. Fernando de la Peña Llaca, originario del Estado de Hidalgo, quien estuvo trabajando en el Centro Espacial Jhonson en Houston; consideramos que también influyó en sus ideas, el hecho de que a la fecha, ya haya 42 agencias espaciales en el Mundo; por lo cual recurrió al gobierno de su Estado, con la idea de crear el Instituto Espacial Hidalguense, misma que cambió a la de crear una agencia espacial en México, después de una reunión en Washington con los responsables de las agencias espaciales existentes;  para lo cual unió sus esfuerzos con otras personas interesadas, algunos de ellos científicos, así como un legislador del mismo Estado en ese entonces, para elaborar la Iniciativa de Ley correspondiente.  Asimismo, debemos agregar que a la fecha, respecto a la creación de la agencia espacial que nos ocupa, ya existe un grupo considerable, llamado Grupo  Promotor de la Agencia Espacial Mexicana; mismo que al parecer ya cuenta con más de sesenta miembros actualmente.
                                           
            Sin embargo, los verdaderos especialistas en términos generales como científicos que son, antes de formarse el Grupo de referencia;  opinaron en su oportunidad,  según la publicación de la revista de referencia;  que ven en forma optimista la Ley que crea la Agencia Espacial Mexicana (AEXA), pero al mismo tiempo desconfían de la seriedad del proyecto; y en particular JOSÉ FRANCO, director del Instituto de Astronomía de la UNAM, que actualmente al parecer ya es miembro de dicho Grupo; dice “que es estupendo que exista la Iniciativa para tener una agencia espacial, la cual fue abandonada por decisión gubernamental; que celebra que aunque sea tarde, se tome en serio esta idea; ya que el trabajo de una agencia espacial toca todos los puntos sensibles de una nación; que está asociada a todos los rubros importantes en los cuales se mueve un País; que toca la seguridad y el desarrollo de las telecomunicaciones, científico, económico; que se entra en una serie de competencias importantes en el mundo globalizado de las que México ha quedado fuera desde hace muchos años; que se requiere de un trabajo profundo en muchos rubros, entre otras cosas”. Al preguntársele si México debe de participar en el turismo espacial; debido a los rumores en el sentido de que la Agencia Espacial Mexicana se utilizaría para fines de turismo espacial; agregó que “está bien, pero no es algo en lo que debamos estar pensando; que hay muchas otras áreas importantes; que México debe ver como va a participar en esas cuestiones y hacer una planificación; que esto último no lo ve muy claro en la iniciativa, pero espera lo tomen en cuenta los  legisladores o la AEXA estará condenada al fracaso. Que apostarle al turismo espacial, es más una broma; que no la tomaría en serio;  que le preocuparía que alguien la tomara en serio”. RAMÓN PERALTA Y FABI, Director de la Facultad de Ciencias de la UNAM por su parte, dice en la misma publicación; “Que hay temor de que sea una ocurrencia de algún sector de nuestro aparato político y no se realice como deben de hacerse estas cosas; que es común de quienes saben del tema, con el resultado de diferentes foros en donde se discuta y analice en qué dirección debe moverse; que seguramente se han realizado consultas; que nadie le ha preguntado nada (y no porque deban preguntarme algo), pero me hago el cuestionamiento de si lo han hecho; que no tenemos un proyecto de desarrollo de ciencia y tecnología, entonces un plan del espacio es “no inventen”, bueno ni siquiera tenemos un proyecto de educación.  “RICARDO PERALTA Y FABI, miembro del Instituto de Ingeniería de la UNAM, quien además tomó un curso para abordar un transbordador espacial; dice en el mismo reportaje, “Que no ha participado en lo de la AEXA; no conozco nada;  No sé qué están haciendo. Hace muchos años, redacté un libro “Del Espacio al Subsuelo”, y abordé ese tema. Que ha visto un montón de oportunistas buscando algo en varios años, ya me he dado mi revolcón con muchos que plantean eso y me doy cuenta que es un perdedero de tiempo. No se puede hacer una crítica cuando no se conoce la idea. El país es un circo”. ARCADIO POVEDA, astrónomo (con más de cuarenta años de labor científica) dice: “Es importante esa iniciativa. Desgraciadamente nos hemos retrasado mucho en plantear esa posibilidad. Hay que cuidar que la ley garantice ciertas cuestiones importantes, por ejemplo, que no se burocratice esa institución y cuente con un consejo adecuado para orientar los planes de trabajo.  Estamos rezagados en ese tipo de desarrollo e investigaciones y más vale tarde que nunca. Usamos datos e imágenes espaciales de satélites de otros países para lograr conocer mejor nuestro territorio, geografía y cultivos y sobre todo la Meteorología,” etc.; en fin, a grandes rasgos, esas son las opiniones sintetizadas de algunos de los verdaderos especialistas.

           Por nuestra parte, aún cuando no somos científicos; consideramos que lo dicho por los especialistas de referencia, sinceramente es cierto y razonable; empezando porque la creación de una agencia espacial en México, es algo que se debe tomar en serio; en virtud de que la Era Espacial en la que entramos a partir de 1957, como mencionamos constantemente, obliga a todos los países de la Comunidad Internacional, a contar con un organismo de ésta naturaleza; ya que efectivamente está asociada  con todos los rubros importantes en que se mueve un país; independientemente de que actualmente no hay nada o casi nada en realidad, que pueda hacerse sin ayuda de la Astronáutica y su tecnología,  incluyendo el turismo espacial; el cual en México efectivamente no es el momento oportuno para hacerlo, no porque no sea factible como una de las actividades que se puedan desarrollar a través de la ciencia y tecnología espaciales, sino porque el turismo espacial es hasta este momento, una de las simples actividades accesorias, secundarias, etc., de tipo mercantilista, no científico, en países como la Federación Rusa y Estados Unidos principalmente; los cuales tienen un desarrollo científico y tecnológico de punta en materia de Astronáutica y su tecnología; por lo que ya pueden dedicarse a diversificar sus actividades espaciales principales y prioritarias, con algunas secundarias, como el turismo espacial; respecto al cual incluso hay varios proyectos y empresas, tales como la XCOR AERO SPACE, la VIRGIN GALACTIC, que cuenta con 250 aspirantes a astronautas, dispuestos a pagar la cantidad de doscientos mil dólares por realizar un vuelo suborbital de dos horas, a bordo del Space Ship Two, sucesor del Space Ship One; la SPACE ADVENTURE, que pronto enviará si no lo ha hecho, al sexto turista espacial a la Estación Espacial Internacional (ISS), por sus siglas en inglés; por la módica suma de treinta millones de dólares, etc.; no en países del Octavo Mundo como México, que ni siquiera tienen idea de las actividades principales de una agencia espacial, que como hemos dicho constantemente; consisten en la investigación, exploración y utilización del espacio exterior y los cuerpos celestes con fines pacíficos; por lo que el turismo espacial, puede parecer verdaderamente una broma como nos dice el Director del Instituto de Astronomía de la UNAM, JOSÉ FRANCO, aunque se trate de una actividad factible, pero sin relevancia científica y tecnológica alguna.

           A lo anterior, hay que agregar, que si bien es cierto, ya se han realizado cuatro o cinco viajes espaciales de tipo turístico, con un costo de veinticinco millones de dólares en promedio, por persona, a la Estación Espacial Internacional; también es cierto, que el turismo espacial que se pretende, realice la presunta Agencia Espacial Mexicana, así como algunas otras de las existentes, es en realidad un engaño para incautos; ya que a la fecha no existe lo que se pueda considerar propiamente dicho una nave espacial; esto es, que se pueda desplazar sin necesidad de plataformas de lanzamiento, cohetes impulsores, aeronave nodriza, etc.,  más  allá  de la Atmósfera; y lo más parecido a una nave espacial, son los transbordadores de que nos hacen mención los medios de comunicación constantemente; en virtud de los viajes espaciales, podríamos decir cotidianos de los astronautas de varios países a la Estación Espacial Internacional, en razón precisamente de la investigación, exploración y experimentación espaciales, etc. que se llevan a cabo día a día.

           Ahora bien, hablando concretamente de los viajes espaciales turísticos que se están programando por diversas agencias, como las que mencionamos con anterioridad; es necesario aclarar que tales viajes se realizarán mediante determinadas aeronaves, al parecer experimentales, como el Space Ship One y el Space Ship Two citadas, que alcanzan una altura aproximada a los cien mil metros, lo cual dicen los científicos, corresponde aproximadamente a la altura de la Atmosfera; después de liberarse de la aeronave nodriza a los 15,500 metros aproximadamente también; desplazándose tres o cuatro minutos más o menos, fuera de esa línea virtual, entre la Atmósfera terrestre y lo que llamamos el espacio exterior; tiempo durante el cual, los tripulantes experimentan la carencia de peso; cayendo enseguida materialmente hablando; regresando a la Tierra como planeador; en virtud de que el sustento de las aeronaves clásicas para desplazarse, es el aire; y en el espacio ultraterrestre no existe dicho fluído, sino el eter, dicen los científicos; por lo que no tienen sustentación dichas aeronaves clásicas fuera de ese ámbito; razón por la cual necesitan volver de inmediato a la Atmósfera; lo que significa en esencia, que no se trata propiamente de un viaje  espacial, sino suborbital; cuyo costo según pretenden las agencias espaciales, suponemos que incluyendo la que se llegue a crear en México, es la cantidad de doscientos mil dólares por persona; independientemente de algunos otros proyectos más económicos.

           Por lo tanto, en concordancia con lo que significa el contar con una agencia espacial en nuestro País, como comentamos en su oportunidad; la manera de pensar de los especialistas mencionados, así como nuestra opinión al respecto; vale la pena agregar también, la manera de pensar del primer astronauta mexicano RODOLFO NERI VELA, que actualmente ya también forma parte del Grupo Promotor de referencia; es un hombre de ciencia, especialista en materia espacial; y protagonista en experimentos espaciales, redundantemente hablando, en el espacio exterior propiamente dicho, etc.; por lo que se trata de una voz autorizada para que su opinión sea tomada en cuenta; por lo que a continuación nos referimos a la entrevista que le hizo la revista Proceso y que publicó en el número 1681 del 18 de enero del año 2009; la cual a grandes rasgos ya que es muy extensa, en las partes medulares, dice entre otras cosas; “que declinó muchas invitaciones para ir a congresos internacionales, porque sabía que le iban a preguntar: ¿Qué está haciendo México?, y no quería pasar por la vergüenza de decirles: “Nada”; habla de la Comisión Nacional del Espacio Exterior, cuyas siglas son CONEE, no CONAEE como dice el artículo; Comisión que se disolvió en 1977, no en 1975, como también dice el artículo; habla de la visita de los ingenieros José Luis García y Fernando de la Peña, para comentarles la idea de revivir el asunto de la creación de una Agencia Espacial Mexicana; respecto al costo le preguntan ¿porqué en una situación de crisis económica puede ser necesaria una agencia espacial en México?, y voltea la pregunta: ¿Porqué en una situación de crisis económica se gasta el dinero para que los Tigres del Norte canten en la Ciudad de México?; ¿Porqué se gastan tantos millones de pesos para festejar a Carlos Fuentes?; ¿Porqué  destinar  tantos  millones  de  pesos  en  publicidad electoral en los partidos?; en 1985 le preguntaban ¿qué tan atrasados estabamos en ciencia y tecnología?, contestándoles: “Un Siglo”; se le pregunta ¿Cuáles serían los primeros proyectos?; contestando que no se trata de enviar cohetes al espacio, se trata de crear cosas que generen conocimiento y tecnología, con una inversión modesta para iniciar una nueva Era Espacial; dice que cree que primero es necesario realizar los trámites con la NASA, para tener acceso a laboratorios presurizados y hacer experimentos de microgravedad en las universidades de México. Hacer teleciencia; realizando experimentos de Biología con semillas, plantas, bacterias, especies acuáticas y terrestres para saber cómo evolucionan en el espacio.  Se puede también construir un satélite experimental de percepción remota, para estudiar los recursos naturales de México; así como un satélite geofísico más pequeño para estudiar la Atmósfera y los niveles de radiación; en fin, es muy amplia la entrevista, por lo cual hemos tratado de resumir algo de lo más importante, con objeto de hacer notar y de reafirmar nuestra idea respecto a los fines principales y fundamentales de una Agencia Espacial en México o en cualquier país, cualquiera que éste sea; los cuales consisten, reiteramos, en la investigación, exploración y utilización con fines pacíficos del espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes y todo lo que de ello se derive; lo que nada tiene que ver con el turismo espacial; por lo que es lógico que los verdaderos especialistas no se hayan ocupado del tema, salvo para decir que debe tratarse de una broma, que no es tiempo, etc.; o simplemente como nosotros opinamos en el sentido de que se trata de una actividad factible, pero secundaria, accesoria, etc.; que en nada beneficiaría al desarrollo científico y tecnológico en materia de Astronáutica de nuestro País.

           Sin embargo, volviendo con la creación de la Agencia Espacial Mexicana, como un organismo público que forme parte de la estructura gubernamental;  consideramos no que es necesaria, sino indispensable, en razón como dijimos con anterioridad; que como país estamos rezagados cronológicamente hablando, treinta años aproximadamente en materia espacial científica y tecnológicamente; a pesar de que nos encontramos en plena Era Espacial desde 1957; sobre todo respecto a los fines principales, que son esencialmente, la investigación, exploración y utilización con fines pacíficos del espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes, los cuales además son fundamentales actualmente para el desarrollo de un país cualquiera que este sea; no el turismo espacial, que es una actividad secundaria, con fines de lucro, que en nada o casi nada nos servirá para los fines esenciales mencionados, a través de una agencia espacial.

           Decimos lo anterior, en virtud de que las funciones principales de una agencia espacial, sea de la nacionalidad que fuere; consisten, insistimos, en la investigación, exploración y utilización con fines pacíficos del espacio exterior y los cuerpos celestes, y todo lo que de ello se derive científica y tecnológicamente hablando, en términos generales; y específicamente, lo relativo a algunos de la serie de satélites que existen; y que tratándose de fines pacíficos, podemos mencionar entre otros, a los satélites de percepción remota, respecto a los recursos naturales de nuestro País; meteorológicos, respecto a los fenómenos naturales que causan graves y grandes desastres, incluso pérdida de vidas humanas y daños materiales cuantiosos; utilización de sensores remotos en muchas actividades, incluyendo la prevención de delitos en los oleoductos, por ejemplo; satélites  de  comunicación, de los cuales ya tuvimos los Morelos y los Solidaridad, pero desde luego no fabricados ni lanzados por la Comisión Nacional del Espacio Exterior que hubo en nuestro País; los satélites de ayuda a la navegación marítima y a la navegación aérea; los satélites sonda, etc.; todo con tecnología propia para hacer estudios, establecer conceptos modernos científica y tecnológicamente hablando en Materia Espacial; prestar servicios de apoyo a las instituciones, laboratorios, etc.; independientemente de ser motivo para elaborar la legislación espacial  específica; empezando por el fundamento constitucional y las leyes secundarias reglamentarias correspondientes, domésticamente hablando; siempre en concordancia con los Convenios Internacionales vigentes en Materia Espacial, de conformidad con lo establecido en el artículo 133 constitucional.

           Para terminar con la idea de que se haga realidad material, práctica y funcionalmente hablando, la Agencia Espacial Mexicana; consideramos que no se debe supeditar al aspecto político; en virtud de que positivamente hablando, tenemos que ya está la Ley que crea la Agencia Espacial Mexicana, publicada en el Decreto de referencia; y suponiendo que ya se cuente con los demás elementos, como son el personal especializado; así como con la infraestructura necesaria, etc.; consideramos que solo falta que se nombre a los funcionarios correspondientes, empezando por el director de la misma; respecto a lo cual, pensamos que el perfil deseable de éste, sea el de un científico con preparación, experiencia, etc., en Materia Espacial; no un político como es costumbre en nuestro País, el nombrar a políticos para los cargos públicos, aunque no tengan ni la menor idea de lo que se trata; a lo que debemos agregar de estos, las ambiciones personales, políticas y económicas de quienes se nombran como funcionarios; ya que hacer lo contrario, daría lugar de inmediato a la corrupción y a la impunidad; y todo lo que de ello se deriva, en perjuicio de la Agencia Espacial Mexicana, del propio País como tal y del Pueblo.

           Decimos lo anterior, en virtud de que hace unos días, los primeros de noviembre del 2011, aproximadamente, se nombró como director de dicha Agencia al Ing. Javier Mendieta Jiménez, quien según los medios es un científico de la U.N.A.M., experto en telecomunicaciones; lo cual si bien es cierto lo califica como científico; también es cierto, que las telecomunicaciones, son solamente una pequeñísima parte en Materia Espacial, relativa a los satélites de comunicación;  lo que no significa conocimiento, experiencia, etc., en dicha Materia Espacial; en lugar de haberse nombrado a alguno de los pocos especialistas que hay con ese perfil, como son en orden alfabético, Fernando de la Peña Llaca, Rodolfo Neri Vela y Víctor Velasco, entre otros; por lo que suponemos, esperando que estemos equivocados, que dicha designación fue hecha por motivos políticos; lo cual redundará en perjuicio de la Agencia Espacial Mexicana, del País y del Pueblo, como anotamos con anterioridad.

           En cuanto a los Convenios Internacionales vigentes en Materia Espacial, cabe hacer notar, que a la fecha, la mayoría de dichos Ordenamientos Jurídicos Internacionales, requieren de actualización, modificaciones, adecuaciones, etc., acordes al avance científico y tecnológico espaciales, con visión futurista. Asimismo, que se necesita también de una regulación general sobre dichos avances, para evitar la anarquía jurídica que se está gestando, incluyendo lo referente a las agencias espaciales, que se dice ya hay cuarenta y dos en el Mundo, según anotamos con anterioridad; así como una regulación específica respecto a determinadas materias y actividades espaciales, como por ejemplo el transporte espacial en general; en virtud de que es una actividad que se viene realizando desde antes del momento mismo del lanzamiento  del  primer  objeto  espacial,   (primer Sputnik ruso)  hasta la  fecha; incluyendo ahora los viajes cotidianos citados de los astronautas a la Estación Espacial Internacional;  el turismo espacial de referencia, etc., ya que carecen de  regulación alguna; independientemente también de otros rubros verdaderamente importantes, como la contaminación espacial, la percepción remota; la comisión de delitos cibernéticos a que se refiere la Convención sobre la Cibercriminalidad, hecha en Budapest en el 2001; y su Protocolo Adicional de Estrasburgo en el 2003; misma que aún cuando no ha sido firmada en forma unánime o la mayoría de los países que forman la Comunidad internacional, ha servido como base y referencia para la legislación doméstica de muchos países que carecen de ella, México entre ellos; para normar su criterio en la Materia; ya que la mayor parte de los países del Mundo no cuentan con nada, o casi nada respecto a la regulación específica sobre Cibercriminalidad; rubros todos enunciativamente hablando.                            

Por lo tanto, podemos decir que a la Ley y decreto correspondiente, creando la Agencia Espacial Mexicana, se debe agregar aunque sea enunciativamente hablando, reiteramos, la regulación de las materias y rubros a que nos referimos en el párrafo que antecede; no solamente porque ni siquiera se mencionan en dicha Ley, sino por la importancia que tienen astronáutica y tecnológicamente hablando, respecto a las funciones, atribuciones, etc., de una agencia espacial.

           Decimos lo anterior, porque salvo lo que puedan explicarnos, los autores del proyecto, Ley y decreto correspondiente, consideramos que a los gobiernos mexicanos desde hace muchos años, no les interesa en absoluto la ciencia ni la tecnología en general; y en particular la espacial menos; sin importar de que se trate; y prueba de ello es, reiteramos, que primeramente se creó la Comisión Nacional del Espacio Exterior en 1962, como mencionamos con anterioridad; que se disolvió sin ninguna razón justificada o injustificada en 1977; que a partir de entonces hasta el 2005; es decir, treinta años después, aproximadamente, se propuso la Iniciativa de Ley para la creación de una Agencia Espacial Mexicana, sin llegar a nada concreto; ya que dicho proyecto, aprobación, Ley y decreto, estuvieron  pendientes por años; concretamente hasta el año 2010, como también se dijo con anterioridad; posiblemente porque la ciencia no produce dividendos personales, políticos, ni económicos; como por ejemplo todo lo relativo a los partidos políticos, las elecciones, los organismos creados para  tal efecto, como el IFE, TRIFE, etc.; a los cuales pese a la pobreza, extrema pobreza, desempleo, etc., que padecemos como Pueblo y País; cada año se les asignan presupuestos fabulosos, sin problema alguno; y como prueba de ello, también tenemos que éste año 2011, se les está asignando miles de millones de pesos, según nos informan los medios de comunicación, para la compra y simulación de la democracia; ya que el votar es en realidad el trámite más inútil, incluso al interior de los Partidos, según nos informan también los medios de comunicación; independientemente de que también a nivel mundial, no exista la democracia, ni siquiera en la Organización de Naciones Unidas (ONU); según se desprende de los varios problemas que confronta y que no resuelve dicho Organismo, como el  palestino-israeli por ejemplo; creado además por la propia Organización y los Aliados, en perjuicio del Pueblo palestino.   

           Por otra parte, aunque no es nuestro tema, cabe preguntarse, cómo es posible que nuestro gobierno desperdicie tanto dinero en tales rubros; y permita que el salario mínimo no sirva ni para el sustento de una sola persona, menos de una familia; a lo que hay que agregar, el que los altos funcionarios de toda clase, ganen en un mes, lo que posiblemente un obrero no gane en toda su vida; y que además se auto aumenten el sueldo ya de por sí escandaloso que reciben, cada vez que quieren, según nos informan también los medios, en un país con tanta miseria, desempleo, etc., en lugar de ocuparlo en las tantas carencias del Pueblo; en cambio a un organismo científico como es una Agencia Espacial, solo se pretende asignarle sesenta millones de pesos de presupuesto; independientemente de otros asuntos también relativos a la Ciencia, en los que se ha reducido el presupuesto, como al Consejo Nacional para la Ciencia y la Cultura (CONACYT); la disminución de becas, etc., por no citar más casos al respecto; con grave perjuicio para el Pueblo en general y los estudiantes y jóvenes en particular; los cuales pese a su preparación, juventud y la fuerza de trabajo y superación que representan, tienen que sobrevivir en labores impropias a su preparación, profesión, deseos de superación, etc., con sueldos miserables, o peor aún desempleados.

           En conclusión, los diecisiete artículos de la Ley creando la Agencia Espacial de nuestro País, que nos ocupa, al parecer fueron elaborados por personal no especializado; con fines evidentemente equivocados, debido a la ignorancia de lo que es y debe ser la investigación, exploración y utilización con fines pacíficos del espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes, en beneficio de un país cualquiera que este sea; debido al avance que representa la ciencia y tecnología astronáutica en la Era Espacial en que se encuentra la Humanidad completa, sin distingo de razas, nacionalidades, credos, etc.; aunque se publicite lo contrario; por lo que en consecuencia, la Agencia Espacial Mexicana de acuerdo con dicha Ley, con fines mercantilistas, secundarios, etc., contrarios a la ciencia astronáutica y su tecnología, como el turismo espacial; simplemente no funcionará ni siquiera en forma regular; debido a las deficiencias científicas, tecnológicas, económicas  y jurídicas; por lo que consideramos que se debería empezar por el principio; esto es, las reformas constitucionales correspondientes; enseguida o simultáneamente, la creación de dicho organismo, que legalmente ya está; mas no su funcionamiento; con la participación de verdaderos especialistas en cada rubro, no de políticos, ni de oportunistas; lo cual de alguna forma ayudará para el buen funcionamiento y eficiencia de la Agencia Espacial Mexicana.

           Por ultimo, consideramos necesario agregar que aún cuando ya existen cuarenta y dos agencias espaciales, lo cual es alentador; hay que recordar que la Comunidad Internacional está formada por doscientos países aproximadamente; por lo que las existentes representan apenas un veinte por ciento de las que deberían existir; independientemente de que aún cuando lleguen a crearse las restantes, faltaría un organismo internacional que se encargue de todas y cada una de las actividades del hombre en el espacio exterior y los cuerpos celestes, en todos los aspectos, incluído el jurídico; que además coordine todas las agencias espaciales existentes; totalmente autonomo e independiente de la Organización Naciones Unidas (ONU); y por lo tanto de la Comisión para el uso pacífico del espacio exterior (COPUOS); en razón de que esta Comisión, fue creada dentro del seno de las Naciones Unidas, como un apéndice de la misma; a falta de un organismo mundial que se encargase de las actividades espaciales; así como también a que la Organización de Naciones Unidas, aún cuando es el máximo organismo mundial para la regulación de las relaciones entre los Estados; no se trata de un organismo especializado en Materia Espacial; por lo que sus fines, funciones, atribuciones, etc., son totalmente diferentes a las actividades espaciales; razones todas por las cuales insistimos, resulta necesario, o mas bien indispensable, la creación de un organismo mundial, dedicado exclusivamente a todas y cada una de las actividades del hombre en el espacio ultra atmosférico y los cuerpos celestes, en todos sus aspectos, reiteramos, incluído el jurídico.

           A propósito de lo anterior, solamente nos resta decir, que hace muchos años, hicimos una propuesta formal para la creación de un organismo de tal naturaleza, durante el XXVIII Congreso de la Federación Astronáutica Internacional y XX Coloquio Internacional sobre Derecho del Espacio Exterior, celebrado en Praga, (Checoeslovaquia) del 25 de septiembre al 1º de octubre de 1977; del cual nos ocuparemos en otra ocasión.

A t e n t a m e n t e



DR. JOSE LUIS ALVAREZ HERNANDEZ